EL PADRE NUESTRO-MEDITADO

Padre Nuestro que estás en los Cielos Santificado sea tu Nombre,

Venga a nosotros tu Reino

Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el Cielo

El pan nuestro de cada día, dánosle hoy

y perdona nuestras deudas

así como nosotros perdonamos a nuestros deudores

y no nos dejes caer en tentación

más líbranos del mal.

Amén.

 

Esta oración es la que nos dijo Jesús que era la mejor forma de comunicarnos con el Padre, pero nosotros en verdad vivimos esta oración en nuestra vida, bueno sino veamos.

le decimos a Dios " Padre "

y cada día no nos comportamos como verdaderos hijos de Dios, ni tampoco obedecemos ni respetamos a nuestros padres biológicos.

le decimos a Dios " Nuestro "

y vivimos encerrados en nuestros egoísmos, aislados de los demás por nuestros celos, discordias, envidias y resentimientos.

le decimos a Dios " Que estás en los Cielos "

si sólo lo invocamos para pedir pero nuestro corazón está alejado de El y está puesto en las cosas materiales.

le decimos a Dios " Santificado sea tu Nombre "

y sólo queremos santificar nuestras acciones, caprichos, deseos insanos y consideramos que sólo nosotros tenemos razón.

le decimos a Dios "Hágase tu voluntad "

y dudamos de El cuando no recibimos lo que deseamos y corremos rápido a los horoscopos, cartas, adivinos y brujería_y nos desanimamos fácilmente ante las dificultades y perdemos así la esperanza la fe y el amor y ya no creemos en Dios ni en nadie.

le decimos a Dios " Así en la tierra como en el cielo "

y nosotros queremos siempre que se cumplan nuestros deseos, nuestra voluntad y nuestras ideas y queremos imponérlas a los demás.

le decimos a Dios " El pan nuestro de cada día dánosle hoy "

si en el día tenemos algo, no se nos ocurre compartir con nuestros hermanos más necesitados.

le decimos a Dios " Y perdona nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores "

y no somos capaces de perdonar a nuestros padres, hermanos, vecinos. Cuando hay alguien que nos dejó en el alma un resentimiento, no olvidamos al contrario retomamos nuestro rencor.

le decimos a Dios " No nos dejes caer en tentación "

y siempre nos contentamos con aquellas cosas que favorecen el pecado como  el cine, la pornografía, las malas revistas, las modas, las novelas.

le decimos a Dios " Más líbranos del mal "

y nosotros no nos convencemos que somos nosotros los que hemos de luchar constantemente contra el mal.

le decimos a Dios  " Amén "

y no hemos tomado en serio las palabras del Padre Nuestro y no las vivimos en nuestra vida diaria.